El Hospital

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“Más tarde en la mañana aparecen una mujer y dos hombres al pie de mi cama. Deduzco por su acti­tud que son médicos. Uno de ellos —robusto, de bigote— dialoga con la mujer —petiza, rubia—, el otro —alto, flaco— se mantiene independiente. Los tres miran los electrocardiogramas: el que me tomaron al ingresar, otro de control después de la colocación del marcapaso y el matutino de rutina. Ninguno de los tres me mira ni me dice nada. Robusto de bigote mirando fijamente al centro de la galaxia: ¿el señor estaba tomando algún medicamento antes del episodio?; rubia petiza mirándome por primera vez: señor ¿estaba tomando algún medicamento antes de este episodio?; yo mirando a la rubia petiza: no; ella mirando a robusto de bigote: no. Intervalo silencioso, luego robusto de bigote siempre con la mirada fija en el mismo punto del espacio exterior: ¿qué edad tiene el señor?; rubia petiza mirándome: señor ¿que edad tiene?; yo: sesenta y siete; ella mirando a robusto de bigote: sesenta y siete. La pareja dialogante se retira sin otro comentario. El flaco alto permanece un momento más siempre mirando los electrocardiogramas y luego se retira sin haber abierto la boca ni dirigirme una sola vez la mirada. Yo me quedo, no sé porqué pienso que puedo estar convirtiéndo­me en un pez” (MARIO TESTA[1] )

 

Este é um pequeno fragmento do texto anexado, em que o Prof. Mario Testa relata sua experiência pessoal como paciente em uma sucessão de internações para implantação de um marcapasso. Ele á autor entre outros do livro "Pensar em Saúde" e é uma referência na América Latina na área de planjemento em saúde.



[1] Mario Testa EL HOSPITAL: Visión desde la cama del paciente.