“Más tarde en la mañana aparecen una mujer y dos hombres al pie de mi cama. Deduzco por su actitud que son médicos. Uno de ellos —robusto, de bigote— dialoga con la mujer —petiza, rubia—, el otro —alto, flaco— se mantiene independiente. Los tres miran los electrocardiogramas: el que me tomaron al ingresar, otro de […]